La educación para la ciudadanÃa: retos y polémica
Entre las novedades más significativas de la actual Ley Orgánica 2/2006 del 3 de mayo de Educación tales como los principios de educación de calidad, esfuerzo compartido, compromiso con los objetivos de la Unión Europea, cambios en la organización de las enseñanzas, etc.; uno de los aspectos que ha despertado más polémica ha sido la inclusión en el tercer ciclo de la Educación Primaria de la asignatura de Educación para la CiudadanÃa y los Derechos Humanos. Parece raro que algo que a priori se supone es un bien para todos, tanto para alumnos como para profesores y familia haya suscitado tantas crÃticas. Es cierto que dichas crÃticas vienen desde los sectores más conservadores del ámbito polÃtico y religioso, pero ¿por qué no dar una oportunidad a esta nueva asignatura?, ¿ por qué no dejamos ver si en realidad puede ser positivo para nuestros alumnos?.
Lejos de posicionarme en bandos polÃticos ni religiosos simplemente pretendo dar mi opinión al respecto. ¿No será más positivo pensar que educar en valores, para respetar todas las manifestaciones culturales de un paÃs cada vez más plural, respetar los derechos de las personas sin distinción de sexo, raza o religión es un bien para la sociedad y no una manipulación de la moral y la ética de las personas?. Dejemos nuestros ideales a un lado e intentemos darle sentido a los nuevos cambios desde una perspectiva más objetiva analizando lo sucedido hasta ahora.
No podemos olvidar que cada dÃa en los medios de comunicación vemos y oÃmos noticias estremecedoras sobre violencia y acoso en las aulas entre alumnos y a veces de alumnos hacia profesores. No significa que esta nueva materia vaya a suponer la panacea de este problema que es de todos, pero si creo que la transversalidad de la educación en valores no ha sido suficiente para intentar controlar esta situación. Por ello debemos mejorarla complementando esta educación en valores con una materia especÃfica para garantizar que esta nueva forma articulada, ampliada y generalizada como es la educación en valores llegue a todos los alumnos sin distinción.
Sin embargo no podemos obviar que es algo peligroso pues puede convertirse en una asignatura que no despierte interés para todos los alumnos sobre todo porque los profesores no se impliquen. Como docentes responsables debemos implicarnos y ayudarles, proporcionándoles materiales que les posibiliten el trabajo; eso si, sin olvidar que la escuela es subsidiaria de la familia, que nosotros somos educadores, les transmitimos conocimientos y valores pero es la familia el principal seno donde deben ser adquiridos y deben ser los padres los principales implicados en esta tarea ya que ellos son responsables de su educación. Este podrÃa ser el principio de un nuevo debate sobre la responsabilidad compartida que profesores y padres tienen al respecto, y de la tan deseada coordinación familia-escuela, considerada como un pilar básico del éxito escolar. Esto nos llevarÃa sin ninguna duda a incentivar más si cabe la participación de los padres en el proceso educativo de sus hijos/as y a poner de manifiesto las carencias que en la realidad nos encontramos a la hora de contar con herramientas que favorezcan esta participación, pues hasta ahora sólo se ha conseguido a medias.
La finalidad de este nuevo reto es educar en valores que favorezcan el desarrollo de personas Ãntegras, libres, tolerantes, con espÃritu crÃtico y formen a futuros ciudadanos responsables con capacidad para poder discernir entre el bien y el mal.
Al margen de polémicas y debates polÃticos demos una oportunidad a todo lo que sea mirar adelante de forma positiva y con esperanza de alcanzar un futuro mejor.