Coeducar en Educación Infantil.
Comenzamos esta reflexión, anteponiendo que el fin de la Educación Infantil es el desarrollo integral del alumnado de dicha etapa.
Por tanto, la escuela debe promover la igualdad entre ambos sexos, y por ello el profesorado debemos analizar la adquisición de los roles y estereotipos que influyen en los procesos de enseñanza-aprendizaje, y también los elementos curriculares, abordándolos desde el punto de vista de la coeducación.
El sistema educativo debe proporcionar el mismo número de oportunidades, sin hacer diferencias por razón de sexo, aunque ello suponga un reto a lograr, ya que su tradición ha sido transmitir valores culturales y actitudinales diferenciados según el sexo.
La causa principal, es la sociedad en la que la escuela está inmersa, esta sociedad arrastra principios meramente patriarcales, provocando la transmisión de roles por un lado y el valor del papel del varón por otro. Pero este sistema social ha ido sufriendo modificaciones, tanto el papel del hombre como el de la mujer, han ido cambiando, con la inserción de la mujer al mundo laboral, de esta manera los estereotipos y roles poco a poco se van modificando en relación al sexo.
En la actualidad, gracias a la ardua labor de antepasados y abanderados de la libertad e igualdad hoy día existen mujeres que desempeñan labores consideradas antes como meramente masculinas y a la inversa.
Esto es la puesta en práctica de abolir roles típicos de un sexo u otro, de esta manera debemos distinguir entre las características biológicas de hombres y mujeres y sus capacidades y actitudes. El hecho de que los comportamientos de hombres y mujeres no dependan de la herencia, de la biología, ni siquiera de una estructura genética que los determine como tal, da opción a la escuela a incidir como factor de cambio en la adquisición por parte del alumnado de los roles sexuales, pero para ello debemos conocer el proceso de adquisición de los estereotipos de género.
Partimos de la siguiente idea, el niño al nacer es un ser indiferenciado, será la interacción con el medio, mediante la cual, adquiere su identidad personal.
El primer factor que influye sería el primer agente de socialización que tiene el niño o niña: la familia. Incluso antes de nacer, los padres ponen en funcionamiento una serie de estereotipos ligados al sexo, y tienen una serie de expectativas según el sexo, es de esta manera como una vez que nacen, los padres en función del sexo de sus hijos o hijas se relacionan con ellos de una manera u otra.
Esa relación bien sea por lenguaje oral o gestual se utiliza e interpreta de forma diferente según el sexo del bebé.
En resumen, de todas estas actitudes el niño o la niña aprende su papel o rol en la sociedad, por ello, la intervención educativa debe ir orientada no solo al alumnado si no también a su entorno inmediato, la familia.
Sin embargo, cabe señalar que en este proceso influyen otros factores, tales como:
-Los medios de comunicación, que hacen “natural” unos valores que a veces atentan contra la igualdad entre hombres y mujeres.
-De la misma manera inciden en ellos los cuentos tradicionales, que en ocasiones trasmiten y mantienen prejuicios sociales.
La escuela infantil, ha de contribuir a romper estos moldes dando a conocer a los alumnos y alumnas otras alternativas de conductas de comportamiento.
Para intervenir en el aula y trabajar la coeducación, es imprescindible el trabajo en equipo, tanto de la comunidad educativa como de la familia, para ello es importante:
-Analizar el contexto.
-Examinar la organización y funciones del profesorado.
-Valorar nuestras actitudes y nuestro lenguaje.
-El personal no docente.
-La familia.
-Los espacios.
-Las agrupaciones.
-La actividad y el juego infantil.
-Los materiales.
Por último hacer mención de actuaciones o estrategias específicas para trabajar la coeducación dentro del aula.
Sin olvidar las orientaciones metodológicas del curriculo de educación infantil, como base y soporte de toda intervención educativa desarrollada en el aula.
Es importante tener en cuenta el contexto y el centro, así como las familias de nuestro alumnado.
Dicho esto, comentamos a continuación algunas estrategias específicas de actuación:
-Respecto al lenguaje, debemos evitar un lenguaje sexista, al dirigirnos al alumnado, en frases y carteles, en circulares, utilizar términos no sexistas.
-En los espacios, tanto los exteriores como los interiores, favorecer un uso igualitario, estableciendo áreas que atiendan los diferentes intereses sin discriminación de sexo y sin zonas exclusivas para niños y niñas. Acceder a las distintas zonas según las normas concensuadas por el grupo.
-En cuanto a los materiales:
•Con imágenes con comportamientos no asignados socialmente a un sexo determinado.
•Cuentos alternativos.
•No se limiten o dirijan a un solo sexo.
-Respecto a las actividades y el juego:
•Deben participar en todas las actividades propuestas tanto niños como niñas.
•Ejecuten roles indistintamente.
•Participación en juegos que tradicionalmente han sido propios de un sexo u otro.
•Favoreceremos el uso indiscriminado del juguete.
•Tener en cuenta los intereses de ambos sexos en la planificación de actividades.
-Respecto a los agrupamientos:
•Procuraremos agrupamientos mixtos.
Para finalizar destacamos la importancia del tratamiento de la coeducación en la escuela infantil para abolir roles y estereotipos sociales, siendo imprescindible la colaboración de la familia, y la implicación de toda la comunidad educativa y la planificación de estrategias de actuación conjuntas. Recordando que no solo enseñamos por lo que decimos y hacemos, sino también por lo que no decimos y hacemos, lo que decimos y no hacemos y también por lo que ni decimos ni hacemos.