El período de adaptación
En este artículo se proponen, algunas pautas para que la incorporación por primera vez del niñ@ a la escuela se produzca con naturalidad, tratando de evitar el conflicto o al menos reducirlo.
La entrada del niñ@ en educación infantil supone un cambio importante. Por un lado, se produce una salida del medio familiar (ambiente conocido para el niñ@ en el que se encuentra seguro y protegido) al medio escolar (ambiente desconocido, mucho más amplio y en el que se establecen relaciones distintas con otros adultos y con los iguales). Por otro lado, se produce la primera separación con la figura de apego, hecho que genera en el niñ@ “PROTESTA” que manifiesta a través de una serie de características tanto a nivel somático: trastornos del sueño y alimentación, retroceso en el control de esfínteres…; como a nivel afectivo y social: llantos, aferramiento a objetos de su pertenencia… y también a nivel psíquico: sentimientos de angustia, abandono, inseguridad, miedos…Además si a esto añadimos que a nivel evolutivo el niñ@ de tres años es egocéntrico y tiene un gran vínculo afectivo-emocional con la figura de apego, es comprensible que al inicio del curso existan dificultades de integración y manifestaciones de no adaptación (y más aún si los alumn@s son inmigrantes y no conocen esta cultura, ni el idioma).
Por tanto, con la esperanza de hacer más grato ese encuentro niñ@ con la escuela y suavizar dichas dificultades y en la medida de lo posible evitar o reducir las manifestaciones de no adaptación se propone una fórmula de <
El “período de adaptación” es entendido como un proceso seguido durante los primeros días de los niñ@s en el centro escolar, con la intención de hacer ese encuentro grato, además de ayudar a los niñ@s a entender e incorporar su colegio y especialmente su aula, como una parte más de sus contextos primarios. Este proceso se considera de vital importancia y debe ser atendido cuidadosamente puesto que dependiendo de cómo se lleve a cabo va a tener una repercusión positiva o negativa en el niñ@ en tanto cuanto su actitud hacia el colegio, las relaciones sociales y la adquisición de aprendizajes a lo largo de toda la escolarización.
Esto significa que el docente ha de programar, planificar y organizar adecuadamente el “período de adaptación”. Pero para que se lleve a cabo con éxito es imprescindible la colaboración familia-escuela.
Cabe preguntarnos, ¿cómo se puede facilitar el proceso de adaptación?, pues bien, de acuerdo con los siguientes objetivos:
- Conseguir la separación del niñ@ con el medio familiar sin que suponga un conflicto y lo asimile con naturalidad.
- Lograr que el ingreso en la escuela se produzca de forma que el niñ@ lo asuma como una continuidad de su familia y sin la sensación de haber sido abandonado.
- Favorecer las interrelaciones entre los niñ@s de forma paulatina y agradable y sin conflicto.
- Crear un primer contacto con los padres fructífero y en el que se sienten las bases para una colaboración conjunta posterior.
- Crear un clima de afecto y de confianza con los niñ@s.
- Crear un clima de afecto y de confianza con las familias, para el intercambio de información entre otras cosas.
- Iniciar nuevos hábitos.
- Explorar y adecuarse al nuevo medio.
- Conseguir que el niñ@ establezca vínculos afectivos con el educador/a, que se exprese y que se sienta integrado en su grupo clase.
- Adaptarse a los nuevos espacios, moviéndose libremente por el aula y manipular los nuevos materiales.
Proceso previo a la llegada de los niñ@s a la escuela
Reunión y entrevistas con los padres y madres
La primera reunión a ser posible se lleva a cabo en el mes de abril/mayo cuando se ha confirmado la admisión del alumnado en el nivel de tres años para el próximo curso académico. En esta reunión se entrega a los padres un dossier que resume las características generales del centro y los planos de la escuela con la situación de los espacios y aulas que ocuparán sus hijos/as. A su vez se visitarán las dependencias principales del centro a fin de que las conozcan los padres y madres. También se tratarán los siguientes temas: presentación del equipo de educación infantil, ¿qué es el período de adaptación?, ¿cómo pueden colaborar los padres?, ¿cuándo y cómo va a ser la incorporación a la escuela?, recomendaciones para el verano (no realizar amenazas con el colegio, comentar con el niñ@ todo lo que vieron durante su primera visita al centro…). Asimismo se tratarán las normas de organización y funcionamiento de la escuela infantil y de nuestra aula en concreto, así como las recomendaciones para los padres y madres en las que se solicita colaboración para conseguir la adaptación de su hijo/a a la nueva realidad. Se hará entrega de ambos documentos a los padres por escrito y se adjuntará un cuestionario que contendrá básicamente los siguientes apartados: datos personales, datos familiares, aspectos sanitarios, hábitos respecto a la alimentación, hábitos sobre el sueño, hábitos en el control de esfínteres, hábitos de conducta, hábitos en las relaciones personales, actividades familiares en el tiempo libre, historial académico (en el caso de que haya asistido a guarderías), relación entre familia y escuela y finaliza con un apartado donde los padres y madres anotan sugerencias dirigidas al colegio y a la maestra/o. Dicho cuestionario sirve para obtener información sobre cada niñ@ para que cuando lleguen al aula se posea un conocimiento inicial de ellos y sea más fácil un acercamiento.
En los primeros días del mes de septiembre se celebrará una nueva reunión general (es importante crear en ella un clima de confianza con la familia) para explicar los detalles de la incorporación al aula “la entrada escalonada” y cuál va a ser su función en estos días.
Además el maestro/a mantendrá una entrevista personal con los padres/madres de los alumnos antes de que se incorporen al aula. En dicha entrevista se comentará los aspectos más destacables del cuestionario que se le entregó y se recopilarán datos interesantes sobre el niñ@. Sería buen momento para que existiese el primer contacto tutor-alumno (para ello es fundamental su presencia).
La llegada de los niñ@s a la escuela
Distribución de los espacios y los materiales.
La distribución de los espacios y de los materiales puede ayudar en estos primeros días a la desaparición de conductas y de sentimientos de angustia…Para ello, los espacios deben ser acogedores y han de estar adaptados a las necesidades de los niñ@s. Teniendo esto en cuenta se ha de preveer lugares que permitan juegos libres, en solitario y en pequeño grupo así como espacios de mayor tranquilidad para que el niñ@ pueda estar solo si lo desea.
Se evitarán los espacios desestructurados, excesivamente abiertos para que los niñ@s no se sientan desatendidos o perdidos.
La clase se puede organizar por rincones siendo éstos los siguientes: rincón de la casita, rincón de la biblioteca, rincón de las construcciones, rincón de la plástica, rincón de los puzzles,…
Pero no sólo se dispondrá del aula sino que se contará con otros espacios como es el patio.
Los materiales al igual que el espacio deben permitir el juego libre, en solitario o en pequeño grupo. Su distribución será ordenada, acogedora donde tengan cabida materiales como por ejemplo objetos de psicomotricidad, globos, pizarras, tizas, plastilina, y materiales para los distintos rincones.
El material debe ser atractivo y no en exceso para evitar su dispersión, así como que lo destrocen rápidamente ya que a estas edades no saben jugar. Es preferible irlo enseñando progresivamente a lo largo de todo el curso y un buen momento sería en la asamblea.
Distribución de los tiempos y de los alumnos (agrupamientos).
El tiempo de estancia en la escuela los primeros días debe adaptarse a las peculiaridades de cada niñ@.
El horario será flexible durante el “periodo de adaptación” y paulatinamente el tiempo de permanencia irá aumentando.
Se permite que en estos primeros días las familias entren hasta la puerta de la clase para que el fuerte impacto de la escolarización de los niños sea menor, así como para que se acomoden al centro sin ruptura del medio familiar de forma progresiva. Esta presencia de los padres en la escuela va desapareciendo a la vez que va aumentando el tiempo de permanencia.
Se dividirá la clase en grupos reducidos de alumnos por ejemplo cuatro grupos aproximadamente (en función de los discentes que haya) en cada uno se incluirá seis o siete niñ@s. Los grupos se forman en función de criterios fundamentales tales como: niñ@s que hayan estado en la misma guardería, que se conozca por vecindad u otros motivos, que no o si han asistido a guarderías… La entrada de estos grupos será escalonada entrando en la primera semana el primer grupo a las diez y saliendo a las once y el segundo grupo entrará de doce a una.
La segunda semana los periodos de tiempo se ampliarán en media hora hasta conseguir el horario completo cuando finalice el periodo de adaptación.
Estos horarios y grupos se plantean de forma flexible ya que se atenderán a las necesidades de las familias y a la adaptación de cada niño en particular.
Se intentará iniciar a los niñ@s en las rutinas de asamblea, momento de acogida, actividades de juegos colectivos, desayuno y aseo, recreo, actividades de pequeños grupos por rincones y puesta en común, recogida y despedida.
A modo de conclusión, se puede decir que el “periodo de adaptación” ha de ser planificado cuidadosa y adecuadamente para que los niños empiecen “felizmente la escolaridad” y puedan tener una actitud positiva hacia la escolaridad, en el proceso de socialización y en general hacia el aprendizaje.