Optimizacion de los procesos de Enseñanza-aprendizaje en educación primaria.
“Cuando se viaja en pos de un objetivo, es muy importante prestar atención al Camino. El camino es el que nos enseña la mejor forma de llegar y nos enriquece mientras lo estamos cruzando.”
Paulo Coelho.
…Cuenta la leyenda que no mucho tiempo a, vivía un joven de los de “la letra con juego entra”, sonrisa en el rostro y buen hacer en el papel.
Como cada año, al llegar estas tardes anchas de luz buscaba presuroso un colegio en el que poder hacer volar su imaginación, sentir un universo de fantasía y ser capaz de llevar a buen puerto el aprendizaje de sus alumnos.
Pero… ¿es posible actualmente que un maestro actúe como un “mago” y pueda optimizar los procesos de enseñanza- aprendizaje?
Muchos de ustedes podrán tacharme de trastornado, pero en el día de hoy pretendo hacerles notar que con una receta maravillosa se puede conseguir. Entre los ingredientes que formarían esta receta, estarían: paciencia, tacto, entusiasmo, imparcialidad, sentido del humor, acogida, disponibilidad, firmeza, suavidad…Y así una lista interminable.
Mi “receta”, se centrará en dar respuesta a las necesidades detectadas en los maestros, en la familia y por último en los alumnos.
Hoy en día, todos los maestros y orientadores de nuestros colegios sienten, como algo natural, que sus clases incluyan alumnos inteligentes y otros que no lo son tanto, y se suelen adaptar, bastante bien, a las distintas necesidades de sus alumnos, siempre que el ratio por clase no sea demasiado alto para impedirle realizar una labor personal.
Es por ello, que como maestro debería asistir a todas las reuniones que se lleven a cabo en el centro, proponiendo en alguna de ellas una reducción de la ratio por clase, alegando que si se disminuye ésta se logrará una educación más personalizada y por tanto un mayor aprendizaje por parte de los alumnos.
Desde mi humilde opinión, lo que debería preocuparnos a los maestros, no es tanto la capacidad intelectual variable de nuestros alumnos, como sus necesidades emocionales variables, es decir, los grupos de alumnos varían enormemente y no es posible establecer normas generales para ellos, por tanto, es recomendable buscar el punto en el que el grupo de clase trabaje y a su vez sea cómplice del profesorado.
El alumnado asiste al colegio para agregar algo a su vida, quiere cultivarse en todo aquello que les fascina de nuestro mundo, en ocasiones éstos rechazan un aprendizaje aburrido, pero a su vez necesitan unas horas diarias de trabajo, ello le supondrá una capacitación para los exámenes y demás quehaceres de su vida. Además de ello, esperan dependiendo de la etapa educativa que se trate, que le preparen juegos, que aprendan todo aquello que les interesa y que puedan interactuar con sus compañeros, todo esto es conocimiento, es decir, ellos también buscan aprender y nosotros en la medida de lo posible se lo vamos a posibilitar.
Este “aprendizaje aburrido” tiene fácil solución mediante el desarrollo de la creatividad por parte del maestro, en otras palabras, vamos a mantener una metodología “activa” en cuanto a dinámica y participación en las clases por parte del alumnado, asimismo vamos a fomentar el constructivismo en nuestras aulas, posibilitando el trabajo en grupo e intentando mantener un buen clima de clase.
Nunca debemos olvidar que para que nuestros alumnos tengan éxito en sus tareas, es decir, para que tengan un aprendizaje adecuado a sus necesidades y completo, el colegio debe tener la completa adhesión de sus alumnos, orientando al alumno en los problemas. La acción de maestros, orientadores, monitores escolares, se centra en que esos alumnos se sientan parte de su colegio, para ello es muy importante la actitud de los padres con referencia al colegio.
Aunque esa actitud de los padres de la que venimos hablando sea importante, también lo es la cantidad de oportunidades que nos ofrezca el colegio. Algo tan básico como una semana cultural en el colegio, tan divertido como unas “olimpiadas escolares” o tan competitivo como un concurso matemático, es esencial para el niño. El maestro debe proponer a principio de curso soluciones de éste tipo para que el alumno se sienta parte integrante de su colegio.
La familia quizás no dé la instrucción, pero prepara al niño para recibirla, despertando su curiosidad, procurándole las ocasiones de hacer numerosas experiencias. En etapas superiores, la confianza y la motivación son una fuente importante que la familia debe imprimir en sus hijos para un buen desarrollo armónico del niño y por ende en una mejor actitud en cuánto al aprendizaje escolar.
En ocasiones, algunos niños, presentan problemas en cuánto a sus emociones y con toda seguridad éstas se pueden superar con mucha paciencia. En otras, existen niños que se encuentran desalentados. Es cierto, que la competitividad entre compañeros de clase puede estimular al alumnado, pero en ocasiones una rivalidad excesiva en las aulas puede exponer al alumno a problemas y por consiguiente no estamos favoreciendo el aprendizaje de nuestros alumnos.
El hecho de que un niño tenga algún tipo de problema en su aprendizaje, también puede ser debido a que un método que resulte eficaz para el grupo de clase, no sea adecuado para él. Por tanto, debemos intentar personalizar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Los padres, deben buscar alentar a sus hijos sin ansiedad y a proporcionarles en todo momento un ambiente estimulante en casa, de esta manera sus hijos pueden hacer uso de las oportunidades de aprendizaje que le brindan sus profesores en el colegio, y así de esta manera progresar junto con el grupo de clase y adquirir todos los conocimientos que son necesarios para formarse como persona.
Por ello, es sumamente importante tratar con los padres los problemas de rendimiento de sus hijos, las posibilidades y oportunidades de formación, informarles de becas, estudios… ofrecerles ayuda en cuanto a los problemas que se les puedan ir presentando con referencia a sus hijos, así como un sinfín de respuestas hacia sus dudas.
Si pretendemos modificar todo aquello cuanto enseñamos a nuestros alumnos, nos será una ardua tarea, pero si en cambio modificamos el contexto en el que nuestros alumnos se desarrollan, podremos tener un buen resultado ya que los contextos suelen ser más fácilmente modificables.
Como maestro que soy, el aula es un lugar idóneo para actuar con el alumnado. A continuación, paso a detallar que aspectos tienen una mayor relevancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula.
- Organización y Recursos:
Si procedemos a organizar el aula de forma que cambiemos los espacios y así resulte más acogedor, estamos no sólo beneficiando a los alumnos, sino que también lo estamos haciendo con toda aquella persona que entre en el aula. Mi propuesta es un modelo de clase que favorezca la interacción del alumnado. Mi idea es la creación de un aula “abierta”, en la cuál exista mucho espacio libre y el material se organice de la forma más adecuada.
Otro punto fuerte, sería la organización de tiempos y materiales, esto contribuiría a una enseñanza adaptada a la diversidad de necesidades del alumnado y por tanto redundaría en una mejora del aprendizaje.
- Aspectos Curriculares, Objetivos, Contenidos, Metodología:
Su diversidad o rigidez permitirá la participación o no de todos y cada uno de los alumnos, por tanto serán elementos que afectarán directamente al alumnado, posibilitando el aprendizaje o no de éstos.
El objetivo que persigo en el día de hoy, como he comentado anteriormente es la optimización de los procesos de enseñanza-aprendizaje. El aula como contexto de aprendizaje, nos da beneficios en numerosas ocasiones, aunque existen otras veces en las que los aspectos del aula no están optimizados y por tanto no podemos lograr los resultados que todos esperamos.
Personalmente, creo que nuestro rol debe cambiar, ya sea para poder conseguir la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje, para poder responder a las nuevas necesidades sociales o para poder llegar a todas las metas que se necesita en nuestros colegios.
Ante todo, lo primero que debemos hacer es lograr que la sociedad perciba que somos eficaces y que podemos contribuir a la solución de muchos de los problemas que hoy en día se dan en nuestros centros en todas las etapas educativas. Si nos replanteamos nuestro trabajo y buscamos infinidad de soluciones para todo aquello que necesitemos podremos ser reconocidos socialmente.
Existe una cuestión que el profesor debería afrontar, esta es sin duda, el rol en el recorrido del proceso de aprendizaje. El profesor debe ser un facilitador y orientador del aprendizaje de sus alumnos, asimismo también debe destacar en su función educadora, anteriormente hemos dado las claves necesarias para que lleguen a conseguirlo.
La escuela no solo debe consistir en las clases, además de ello, existen actividades extraescolares que no son más que un medio de personalizar el currículo, de suscitar excelentes relaciones interpersonales entre profesores y alumnos y entre los mismos profesores.
Dentro del aula, el educador debe planificar con máximo rigor, dirigir e incluso orientar el aprendizaje de sus alumnos; asimismo todo lo que conlleve una mejora del ambiente de aprendizaje y de las relaciones interpersonales redunda en la actitud de los alumnos, a la vez que optimiza nuestro objeto de estudio.
Actualmente, uno de mis temores viene dado de la falta de responsabilidad de algunos profesores, así como de la inexistencia de una instrucción completa de éstos en aspectos que son básicos para la formación de su alumnado. Ante esta situación, es inevitable pensar que los cursos de reciclaje son una excelente opción para el profesorado que se queda “anclado” en el pasado.
Como maestro que soy, propongo una educación integral del alumnado, sin duda alguna estamos hablando de una educación en valores, una educación en la que se garantice la total profesionalidad tanto de los profesores como de los orientadores, una educación en el que estemos coordinados con las familias del alumnado, mediante las escuelas de padres en las que tanto hincapié he hecho en el día de hoy.
El alumno contribuirá al proceso de aprendizaje con sus conocimientos previos, así como con la total motivación para facilitar la tarea del docente. Esto, unido a las ganas de aprender del alumno y las ganas de enseñar del profesor conjugará una receta mágica con la cual se podrán optimizar los procesos de enseñanza –aprendizaje en la etapa de la educación primaria.
En este artículo, he pretendido recoger la esencia de todo cuanto he estimado oportuno para que nuestros compañeros puedan desarrollar su labor de la forma más humanamente posible y suscitando el interés de todos cuantos formamos este universo de la enseñanza para lograr optimizar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Como conclusión, recodar que no existen reglas universales para poder optimizar los procesos de enseñanza-aprendizaje, sino que en cambio somos cada uno de nosotros los que debemos crear esas reglas…
Para finalizar, les dejo una frase del pedagogo alemán A. Desterweg:
“Como nadie puede dar a otro lo que no tiene, así tampoco puede desarrollar educar e instruir a otros, aquel que no sea desarrollado, educado e instruido…el sólo será capaz de educar e instruir mientras el mismo trabaje en su propia educación e instrucción.”