El término interdisciplinariedad aparece por primera vez en 1937 y se atribuye su invención al sociólogo Louis Wirtz.

Surge con la finalidad de corregir las posibles deficiencias que acarrea una ciencia excesivamente compartimentada y sin comunicación con otras. Se refiere al tipo de trabajo científico que requiere la colaboración de diversas disciplinas diferentes y, en general, la colaboración de especialistas procedentes de diversas áreas. También, según otros autores, es un conjunto de disciplinas conexas entre sí y con relaciones definidas, a fin de que sus actividades no se produzcan en forma aislada, dispersa y fraccionada. La interdisciplinariedad es un objetivo nunca alcanzado por completo y de ahí que deba ser permanentemente buscado. No es sólo un planteamiento teórico, es ante todo una práctica. Su perfectibilidad se lleva a cabo en la práctica, en la medida en que se hacen experiencias reales de trabajo en equipo, se ejercitan sus posibilidades, problemas y limitaciones. Frente a tendencias posmodernas, incitadoras de una mayor balkanización de la cultura, resurge con mayor fuerza un discurso que justifica la necesidad de reorganizar y reagrupar los ámbitos del saber para no perder la relevancia y significatividad de los problemas a resolver.

La enseñanza basada en la interdisciplinariedad tiene un gran poder estructurante ya que los conceptos, procedimientos, etc. con los que se enfrenta el alumnado se encuentran organizados en torno a unidades más globales, lo que facilita la transferencia de los aprendizajes adquiridos en una materia a otras. Así pues, alumnos y alumnas con una educación más interdisciplinar, están más capacitados para enfrentarse a problemas que trascienden los límites de una materia concreta y para detectar, analizar y solucionar problemas nuevos. Apostar por la interdisciplinariedad significa defender un nuevo tipo de persona, más abierta, flexible, solidaria democrática  y crítica. El mundo actual necesita personas con una formación cada vez más polivalente para hacer frente a una sociedad donde el futuro, tiene un grado de imprevisibilidad como nunca en otra época de la historia de la humanidad.

Música e imagen

La música es maravillosa, y así se lo hago saber a mis alumnos y alumnas, con independencia del estilo y época que sea. No resulta fácil, a veces, aportar algo nuevo a estos chavales carentes de lo que yo llamo culturilla general, pero creo que es una labor fundamental de todo docente no limitarse a impartir unos contenidos básicos, si no que se debe ir más allá. En la asignatura de Música resulta muy cómodo limitarse a satisfacer las peticiones del alumnado en cuanto a música actual se refiere, pero repito, la labor del docente debe ir más allá, y ahí está la dificultad, y es donde un buen docente, a mi juicio, debe incidir. En mis clases trato siempre de compaginar ambas cosas, por un lado satisfacer y promover la escucha activa de canciones actuales y, por otro, aportarles algo nuevo a través de música no actual y no por ello desfasada o de menor calidad.

La música, aparte de maravillosa, es universal: un chino, un español y un americano pueden hablar idiomas diferentes y estar a la vez interpretando una partitura de Mozart sin problema alguno. Esta característica integradora de la música debe ser tenida en cuenta en el aula, pues actualmente es frecuente encontrarse con alumnos y alumnas de distintas razas y culturas, así como su interdisciplinariedad. Recientemente he realizado una actividad con mis alumnos y alumnas de 4º curso de ESO con la finalidad de aunar varios objetivos desde un enfoque interdisciplinar. La actividad se titula: Música e imagen y en ella los alumnos y alumnas tratan de dibujar o representar en viñetas las audiciones de varias obras llevadas a cabo en el aula. Se trata de fomentar la destreza creativa, imaginativa y visual a la vez que desarrollan la percepción auditiva. Las audiciones, previamente seleccionadas por el profesor, pertenecen a varios estilos musicales que abarcan diferentes períodos históricos, de ahí la conexión con otras disciplinas como las Ciencias Sociales, Plástica, etc. Para esta actividad se escogieron cuatro obras:

• Título: Canon en Re. Autor: Johann Pachelbel. Época: Barroco (siglo XVII).
• Título: Marcha Radetzky. Autor: Johann Strauss (padre). Época: Romanticismo (siglo XIX).
• Título: B.S.O. TITANIC. Autor: James Horner. Época: New Age (1997).
• Título: I know you want me (calle 8). Autor: Pitbull. Época: Actual.

En las fichas repartidas para que dibujaran los alumnos/as, éstos debían también anotar el esquema anterior, así como el timbre, es decir, qué instrumentación suena principalmente, lo cual es realizado de forma individualizada. Las audiciones abarcaban, como ya se ha dicho, un amplio espectro temporal, finalizando con una canción de actualidad demandada por el alumnado. El resultado en viñetas fue expuesto en el centro unos días después en un gran mural confeccionado por la clase.

En un afán por interaccionar activamente al alumnado con la música a través del movimiento y la coordinación psicomotriz, esta actividad culmina con la realización de percusión corporal (palmas y/o pitos) sobre la música de una de las audiciones, en este caso la segunda, la famosa Marcha Radetzky, con la cual nos deleitan cada día de año nuevo la Orquesta Filarmónica de Viena. El profesor, quien suscribe, les iba indicando con la mano derecha, cual director de orquesta se tratara, el compás a seguir, para procurar evitar adelantos o retrasos en el tiempo, y con la mano izquierda posibles matices, así como los momentos de comienzo y parada de las palmas. Esto se realizó varias veces, tras lo cual algún voluntario o voluntaria salió para tener su momento de gloria ante la clase como director o directora de orquesta, siguiendo las pautas indicadas previamente por el profesor, fundamentalmente no perder el compás y siempre acentuar la parte fuerte con la mano derecha hacia abajo.

Música, historia, plástica, movimiento, percepción auditiva se unen para dar cabida a esta actividad, todo desde un enfoque integrador y procurando, como se dijo anteriormente, ampliar la culturilla general de los discentes, porque la música aparte de maravillosa es amplia y con independencia del estilo, época o fama merece siempre el respeto y admiración de todos.

Bibliografía

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