Encuentro Educativo
Ads

< Volver a la portada

Artículo publicado en: Sin categoría » Recursos de formación (num. 2)


Herramientas saludables para mejorar las relaciones con las familias

Herramientas saludables para mejorar las relaciones con las familias 3Ya desde la Sociología se estudia “la Escuela y la Familia”, “la Familia y la Escuela”, como dos instituciones de gran valor.

La Familia, por ser la primera institución que envuelve a una persona. En ella nace y se educa el individuo. El concepto de familia ha cambiado y cambiará a lo largo de la historia, pero en su esencia sigue suponiendo un instrumento clave para dar estabilidad y amparo emocional al individuo.

Y la Escuela, por ser la encargada de servir de puente entre la familia y la sociedad. La institución educativa pretende el proceso sistemático de socialización del individuo con la adquisición de las pautas culturales de la sociedad en la que se integra.

 

La familia es el primer contexto de socialización del niño/a, en ella, se establecen los primeros vínculos emocionales, se producen los primeros aprendizajes y se incorporan hábitos culturales y sociales.

Cuando un niño/a se incorpora a un Centro de Educación Infantil, éste debe compartir con la familia la labor educativa, completando las experiencias del desarrollo que se van a dar en torno al aprendizaje del niño/a. Pero para ello es imprescindible la comunicación, colaboración y coordinación entre la familia y los educadores o maestros de dicho Centro Educativo.

La sociedad ha sufrido muchos cambios en los últimos años que han repercutido irremediablemente en la Familia y en la Escuela. Con la incorporación de la mujer a la vida laboral fuera del hogar y otros cambios de tipo político, económicos, sociales, etc, el rol de la familia ha ido evolucionando. Ha pasado de ser la encargada única de la formación de sus hijos/as a delegar en la escuela parte de dicha labor. Aunque a pesar de todo, la educación de los hijos/as sigue siendo una responsabilidad directa y fundamental de la familia.

Por todo ello, una de las tareas educativas importantes que compete al equipo educativo, será determinar cauces y formas de participación de la familia en la Escuela. Ya que mediante ésta, Familia y Escuela tratan de guiar y facilitar la incorporación y adaptación del niño/a al Centro.

 

Desde un punto de vista legislativo en el anterior decreto (Decreto 107/1992, de 9 de junio, por el que se establecen las enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil en Andalucía.) ya se hacía alusión a las relaciones fluidas y continuas entre el Centro de Educación Infantil y las familias que permitirían unificar criterios y pautas de actuación entre los adultos que, de una forma u otra, intervienen directamente en la educación de los niños y niñas.

En el decreto actualmente vigente, DECRETO 428/2008, de 29 de Julio, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil en Andalucía, se desarrolla en su CAPÍTULO V un compromiso mas estrecho acerca de la Tutoría y participación de las familias, defendiendo:

  • La corresponsabilidad entre los profesionales de la educación y las familias. La educación infantil debe fundarse en el conocimiento del contexto familiar y generar los cauces de una mutua colaboración que contemplen el respeto a la diversidad de familias en la sociedad contemporánea.
  • Se contribuirá para que las familias conozcan y valoren las actividades que sus hijos e hijas realizan en le centro.
  • Los tutores y tutoras mantendrán una relación permanente con las familias, facilitando cauces de colaboración, comunicación y participación.
  • Los tutores y tutoras aportarán a las familias información relevante sobre la evolución de sus hijos/as.
  • Se promoverán acciones formativas orientadas al apoyo y la formación de las familias en materia educativa: cursos monográficos, talleres, grupos de reflexión, sesiones de intercambios de experiencias con el fin de que la familia y el centro se conviertan en comunidades de prácticas compartidas.

Una vez hemos materializado y concretado esta necesidad inherente a los tiempos que corren en materia de colaboración educativa familia-escuela, la forma de participación de los padres y madres, se muestran muy diversa y ampliamente adaptadas a todas las familias en una u otra medida, por ello y sin detenernos demasiado me gustaría recordar que esa forma de participación es propia de cada centro educativo y que viene a estar muy organizada a través de: tutorías, asambleas, colaboraciones directas en el aula, de padres y madres. Además, de Escuelas de padres/madres, Asociaciones de padres y madres de alumnos/as, y participación en los órganos de gobierno (representación en el Consejo Escolar).

Pero además de los diferentes y múltiples cauces de participación de la familia en el Centro Infantil, me gustaría reseñar que se encuentra uno en especial que pasa siempre casi inadvertido, siendo uno de los más interesantes, más naturales y más enriquecedores de los que aún no hemos nombrado. Se trata del “Contacto Directo Diario y Continuado en las entradas y salidas de sus hijos/as al Centro”. Ya que se produce de una manera espontánea e inconsciente entre las familias y el equipo educativo (en este caso el tutor/a o educador/a) por lo cotidiano de su participación. Siendo su importancia inversamente proporcional a las edades de los niños y niñas, es decir, toman mayor relevancia cuanto menor es la edad de los niños/as.

Pero por todo ello, los maestros y maestras (sobre todo de Educación Infantil) deben en mi opinión, para que todo este engranaje de “participación”, “colaboración”,”coordinación”, etc, se ponga en marcha, desarrollar una serie de herramientas que le ayuden a que dichas relaciones sean más fluidas y fructíferas por el bien de todos, dichas herramientas también llamadas habilidades sociales que detallamos a continuación son:

  • Asertividad; entendida como el arte de saber decir las cosas y de relacionarse con las personas, afirmando positivamente los propios derechos, con seguridad y sencillez, sin dejarse manipular, ni manipular a los demás. Se debe interpretar como el saber decir las cosas, que aún siendo desagradables sean aceptadas por el interlocutor/a sin agravio o menosprecio.
  • Aceptación; aceptar con todas sus consecuencias que es un tema de equipo: decisiones, tipo de actividades, tiempos, instrumentos, etc.
  • Escucha Activa; esta es la habilidad más potente para mediar ante un conflicto. Es muy útil para que las dos partes del conflicto se entiendan entre sí. Entendida como una forma de poder adoptar una actitud personal de ponerse en el lugar de la otra persona, para poder comprender lo que dice y siente. Esta habilidad social nos permite demostrar que somos capaces de comprender y aceptar al otro por medio de comportamientos verbales o gestuales como asentir con la cabeza, mirar a los ojos, utilizar un tono de voz suave, una expresión facial y unos gestos acogedores, mantener una postura corporal receptiva, etc. Así como permite destacar los puntos positivos o en común antes de pasar a las divergencias.
    En un sentido más general, podemos decir que la escucha activa es el resultado de: mostrar interés (de forma no verbal moviendo afirmativamente la cabeza o emplear palabras que no muestren desaprobación), clarificar (para hacer más claro un mensaje, se pueden utilizar preguntas abiertas y no limitadas a un sí o un no), parafrasear (consiste en repetir con nuestras propias palabras lo que nos intenta decir el otro), reflejar (se trata de decir con nuestras propias palabras los sentimientos que afloran en el otro), resumir ( se trata de agrupar toda la información referida tanto a los hechos ocurridos como a los sentimientos que afloran)
  • Empatía; entendida como la capacidad para comprender el problema del otro, comprendiendo su postura, pero no por ello dejar sin son la nuestra propia.
  • Clima de cordialidad; establecer un clima de cordialidad es absolutamente necesario para este tipo de relación. Para ello podemos cuidar los momentos de comunicación en que no haya excesivas prisas, ruidos, interrupciones, etc.
  • Pensamiento Positivo; este tipo de pensamiento supone pensar hacia lo que va a dar resultado, hacia lo constructivo. Supone además, una apertura hacia otras ideas con respeto y afectividad.

Y para concluir, en palabras de Marisol Sanmartín; desde un sentido democrático de la educación, debemos aceptar que la intervención educativa es cosa de todos y que los resultados obtenidos en el proceso, dependen más de la acción del consenso y de la participación dinámica de los colectivos que conforman la comunidad educativa que de la acción educativa en sí misma.

Los niños son especialmente sensibles a los influjos ambientales y a la posible ambivalencia que se pueda dar entre el Centro y el hogar.

Valoración de este artículo:

1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (Ninguna valoración todavía)
Cargando...

Información del artículo:

Fecha de publicación:
19 de enero de 2009

Autor/a:
Mª Dolores Ruíz Ángel

Etiquetas de contenido:


Comenta este artículo:



Uso de cookies

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio web. Si continúa utilizando este sitio asumiremos que está de acuerdo. Más información

ACEPTAR
Aviso de cookies
-->